Una imagen evoca, da fuerza, clarifica, simboliza y ambienta:
Su secuencia facilita la recepción y asimilación de los mensajes
En la sociedad de la información la experiencia humana nunca
ha sido tan más visual como ahora; ya no
solo disponemos del lenguaje de las palabras y los sonidos para expresarnos y
comunicarnos, sino de otro más rico y complejo, el de las imágenes.
La imagen tiene poder, es un vehículo eficaz de trasmisión
de ideas y valores que puede compartirse, que aporta información y conocimiento, genera
adhesión o rechazo, movilizar afectos y proporcionar sensaciones.
Si queremos utilizar la imagen en la enseñanza habrá que
tener en cuenta su polisemia, su disposición a diferentes significados e
interpretaciones: no todos vemos lo mismo cuando miramos. Su primacía es su
poder de activación de la atención y de las emociones así como el apoyo y
refuerzo a la palabra.
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